Versión estenográfica. Conferencia Mundial de Mujeres Parlamentarias

Versión estenográfica. Conferencia Mundial de Mujeres Parlamentarias

#Nacionales MODERADORA: Escuchemos el mensaje que dirige la Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas de México, Doctora Claudia Sheinbaum Pardo.

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: Muchas gracias.

ASISTENTES: ¡Es un honor estar con Claudia hoy! ¡Es un honor estar con Claudia hoy! ¡Es un honor estar con Claudia hoy!

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: Gracias.

Bienvenidas, bienvenidos a este histórico lugar.

Este es el llamado Palacio Nacional que, por lo menos desde hace siete siglos, desde la llegada de los mexicas, después con la invasión española y los 300 años de Colonia; y después con la Independencia de México hasta la fecha; ha sido el centro político de nuestro país. Y hoy este centro político se llena de mujeres de todo el mundo.

Gracias a la jefa de gobierno por estar con nosotros.

Muchas gracias, gracias a Martin Chungong, secretario general de la Unión Parlamentaria.

Muchas gracias a Tulia Ackson, presidenta de la Unión Interparlamentaria, muchas gracias.

Gracias al presidente del Senado, Gerardo. Gerardo siempre es un excelente orador, pero hoy es Tiempo de Mujeres, hoy no le tocó.

Y a Sergio Gutiérrez Luna, que es presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, también gran compañero.

Saludo, por supuesto, a todas mis compañeras de Gabinete.

A Irma, que dice que se empoderó ahora que llegamos a la Presidencia, pero ya estaba empoderada desde hace muchos años.

Y, por supuesto, gracias a Malú, que está aquí, histórica dirigente del feminismo en nuestro país.

A todas.

A Luisa María y a Carolina las invitamos hoy. Ahí, para los medios que están el día de hoy: no las invitamos por ser presidenta y secretaria general de Morena, sino porque también fueron parte de la Interparlamentaria de Mujeres. A Gaby Cuevas, que también fue presidenta.

No quiero dejar de nombrar a cada una, pero me llevaría toda mi participación.

Muchas gracias a todas las mujeres de los distintos países del mundo, parlamentarias que se encuentran aquí con nosotros. Gracias.

Bienvenidas siempre a nuestro maravilloso país. Bienvenidas a México, siempre son bienvenidas.

Me toca hoy como Presidenta darles la bienvenida.

Quiero decirles que nunca fui parlamentaria, no me tocó ese privilegio de ser ni diputada, ni senadora, pero, como ustedes pueden ver, somos parte… La alegría que ven de las que estamos hoy aquí es una alegría que compartimos con el pueblo de México porque somos parte de un movimiento social, nosotros llegamos a la Presidencia de la República como parte de un movimiento social transformador.

No llegó una persona, no llegó una mujer, no llegamos aquí por las élites de nuestro país; llegamos gracias al pueblo de México y servimos al pueblo de México. Esa es la alegría que se contagia en este momento de nuestra historia.

Bueno, leo este texto que escribí para el día de hoy:

Es un honor dirigirme ustedes en esta Conferencia de Mujeres de la Unión Interparlamentaria. Es un gran reconocimiento para nuestro país ser la sede de este trascendente evento, cuyo objetivo es la paridad de género en el mundo, no solamente en los parlamentos, sino la paridad en cualquier espacio de la vida pública y el reconocimiento de los derechos de las mujeres en toda su amplitud. Eso quiere decir la paridad.

Nuestro país, en efecto, es ejemplo internacional. Hay paridad en los Congresos, no solamente federales, sino estatales.

En septiembre, a partir de septiembre, habrá paridad en el Poder Judicial de nuestro país. Es más, van a ser nueve. Hicimos… más bien el pueblo de México decide hacer una reforma constitucional, somos el primer país que va a elegir todo el Poder Judicial por voto popular.

Y en esa transformación profunda que muestra lo democrático que es nuestro país —porque la democracia es el poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo— en esa reforma se estableció que, de los nueve que van a ser parte de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación, cinco serán mujeres; así que en septiembre tendremos paridad también en el Poder Judicial.

Hoy hay 13 de las 31 gobernadoras y jefa de gobierno de nuestro país, pero la legislación ha establecido que muy pronto habrá paridad también, porque los partidos políticos están obligados a presentar igual número de mujeres que de hombres para los puestos de elección en las gubernaturas.

Nos falta todavía un poco también en las presidencias municipales, hoy somos cerca de una tercera parte mujeres de todas las presidencias municipales, pero hoy, hay una Presidenta mujer en nuestro país.

El 2 de junio de 2024, hace menos de un año, el pueblo de México votó en las urnas la continuidad de lo que llamamos en México “la Cuarta Transformación de la Vida Pública”, porque nuestra historia —y esto es importante para quienes nos visitan de otras partes del mundo—, la historia de México tiene cuatro transformaciones, cuatro transformaciones profundas, a partir de la Independencia:

La primera transformación, la Independencia de México, que logró separarse de la Corona española, con grandes héroes y heroínas a principios del siglo XIX.

La segunda gran transformación, que fue una transformación también ejemplo en el mundo entero separó a la Iglesia del Estado, se conformó un estado civil con libertad religiosa. Eso ocurrió en la segunda mitad del siglo XIX, con Benito Juárez a la cabeza de este gran movimiento transformador, que se le llamó el “movimiento de Reforma”. Producto de ello, tuvimos una invasión francesa, y este movimiento de transformación, este segundo movimiento de transformación logró la segunda independencia de México al triunfar la República frente a la invasión.

La tercera transformación, también histórica, única en el mundo, fue la primera revolución social del Siglo XX en cualquier lugar del mundo, la Revolución Mexicana, que luchó por la democracia, por la justicia y que permitió que en la Constitución de 1917 quedaran establecidos los grandes derechos sociales: la Constitución del ‘57 con la Reforma estableció los derechos individuales, las garantías individuales, los derechos humanos, llamamos hoy.

Pero la revolución social del siglo XX estableció los grandes derechos sociales, estableció para México y para el mundo algo importantísimo, que es que los recursos naturales le pertenecen a la nación. Y también reconoció algo único en nuestro país que viene desde los pueblos originarios antes de la conquista española, que es la propiedad comunal de la tierra, la propiedad colectiva de la tierra.

Esa fue la tercera transformación en nuestro país.

Esas tres transformaciones fueron revoluciones violentas, revoluciones en donde el pueblo de México tuvo que tomar las armas.

Nosotros, en el siglo XXI, en un movimiento de transformación masivo y popular, luchando por la democracia, la justicia, las libertades, decidimos que la transformación debía de ser pacífica y esa transformación llegó a nuestro país, la Cuarta Transformación, esta gran revolución pacífica, en el 2018.

En el 2018, llegó el gran dirigente Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia y cambió mucho nuestro país en 6 años, tanto que, en 2024, logró nuevamente la continuidad de la Transformación.

Pero esta Transformación es tan profunda que no solamente ganamos con el 60 por ciento de los votos, más de 30 por ciento arriba del segundo lugar, sino que, además de que el pueblo de México dijo “hay que continuar con la Transformación que inició en 2018,” dijo “hay que dar un paso más en la Transformación” y decidió que, por primera vez, gobernara una mujer la Presidencia de la República.

A nuestro movimiento decimos que tiene un pensamiento viene de nuestra historia, de nuestros héroes, de nuestras heroínas, le llamamos el “Humanismo Mexicano”. No puede haber mayor revolución que la que engrandece al humanismo y a la paz.

Y ese pensamiento tiene dos pilares: el pilar de los pueblos originarios y el pilar de esta gran historia de México que acabo de resumir en unas pocas palabras.

Cuando tomé posesión como primera mujer gobernante dije algo fuerte y claro, durante la campaña y cuando llegué al Congreso, y dije: No llego sola, no llegó una mujer a la Presidencia de la República. Llegamos todas las mujeres mexicanas a gobernar nuestro país.

Dije: Llego con nuestras bisabuelas, que no pudieron estudiar porque no les era permitido; llego con nuestras abuelas, que lograron que las mujeres tuvieran el derecho al voto; con nuestras madres, que nos abrieron brecha; pero llegamos también con nuestras hijas, hermosas y libres, y llegamos también con nuestras nietas, que seguramente cumplirán sus sueños como ninguna otra generación en la historia.

Llegamos las mujeres indígenas, las afrodescendientes, las amas de casa, las trabajadoras del hogar, las policías, las soldadas, las abogadas, las ingenierías, las maestras, las doctoras, llegamos todas.

Y quien está recibiendo esta traducción en inglés necesitamos explicarles que en español durante muchísimos años el plural fue masculino: “todos” representaba mujeres y hombres; “ingenieros” representaba mujeres y hombres; pero cuando decimos “llegamos todas” tenemos que ponerle una “A” al final porque, por primera vez, llegamos las mujeres; y si no tiene esa “A”, quiere decir que no existimos.

Llegaron las heroínas que nos dieron patria y que abrieron brecha:

Llegó Sor Juana Inés de la Cruz, que en el siglo XVII tuvo que recluirse en un convento, incluso, después de haber ganado todos los debates en la Corte Virreinal para poder leer y dedicarse a escribir.

Llegaron Gertrudis Bocanegra, Leona Vicario y Josefa Ortiz, heroínas que arriesgaron todo por la independencia y la justicia.

Llegamos con Ignacia Riesch, que se sumó a la lucha contra la intervención francesa.

Con Margarita Maza, que arriesgó todo, hasta la vida misma y la de sus hijos, por seguir luchando junto a Benito Juárez, por la segunda independencia de México.

Llegó Rita Cetina, una mujer yucateca, maestra —Verónica, hola a la senadora Verónica— que centró su vida en darle escuela a las niñas.

Llegó Elvia Carrillo Puerto, que junto a su hermano luchó por la reivindicación de los mayas y la justicia, y fue la primera mujer diputada antes incluso de que las mujeres pudiéramos votar.

Llegamos con Dolores Jiménez Muro y Matilde Montoya, que lucharon en la Revolución Mexicana.

Llegamos con tantas y tantas mujeres que tienen nombre en la historia, pero llegamos también con todas las mujeres anónimas de nuestra historia.

También llegamos las mujeres que nos dedicamos a cuidar a las hijas y a los hijos, a los enfermos y a los esposos, llegamos todas.

Ha sido tan poderoso ese llamado, que se ha convertido en el sentimiento más hermoso que trasciende a una mujer y se convierte en lo que nosotros aquí en México también llamamos la “Revolución de las Conciencias”, es decir, esta gran revolución que está transformando nuestro país, que lo que significa es que en México el pueblo y las mujeres comienzan a decir: “Este es nuestro país, este es nuestro poder”.

Y es que, al igual que toda lucha tiene un camino que la precede, todo dolor social se fundamenta en una desigualdad. Sin embargo, la política siempre nos permite encontrar soluciones colectivas para cambiar nuestro presente.

Como escribía Galeano: “La realidad es real porque nos invita a cambiarla, no porque nos obligue a aceptarla”.

Y en la Revolución de las Conciencias hemos encontrado todas nosotras una herramienta profundamente potente para transformar la realidad que nos aleja del inmovilismo y del conservadurismo, nos acerca siempre a la igualdad.

No es algo nuevo apostarle a transformar las conciencias y los corazones de un pueblo, así lo hicieron nuestras heroínas con nombre y sin nombre; y así nos empeñamos durante décadas a luchar por la justicia para todos y para todas, pero en donde el “todas” tiene una fuerza especial y profunda.

En México, gracias a la inspiradora movilización de muchas mujeres que, en 1953, permitieron que se aprobara el voto femenino a nivel federal, al siguiente año, el 4 de julio de 1954, cuando Aurora Jiménez Quevedo fue electa como la primera diputada a nivel federal en México, ha mostrado que hay una larga historia de lucha, pero hoy llegamos todas.

Pero no olvidemos que la lucha de las mujeres es parte necesaria también de la lucha por los derechos y por la justicia.

Lo primero que hicimos cuando llegamos al gobierno, porque llegamos todas, fue una iniciativa de reforma constitucional para elevar al más alto rango en México la igualdad sustantiva, el derecho a una vida libre de violencias y a trabajo igual, salario igual. Así que hoy, las mujeres estamos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

A esto lo acompaña la modificación de varias leyes secundarias y millones de folletos —gracias, Citlalli por ser una gran secretaria de las Mujeres— que serán repartidos por todo el país.

—¿No tienes ahí la Cartilla? ¿Nadie trae la Cartilla?—

Aquí está: Cartilla de Derechos de las Mujeres.

Vamos a publicar millones, millones, millones, millones para que lleguen a cada mexicano y mexicana.

Esta Cartilla establece el derecho a la educación, el derecho a la salud, el derecho a la vivienda, el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, el derecho de las mujeres a poder soñar.

Todos los derechos de las mujeres están en esta Cartilla de las Mujeres.

Y será acompañado por una red que nos van a ayudar todas las diputadas y senadoras a conformar; queremos conformar una red de mujeres voluntarias por todo el país, que sean las grandes activistas por los derechos de las mujeres, mujeres voluntarias que serán la Red de Mujeres Tejedoras de la Patria.

Eso es lo que hicimos desde que llegamos.

Por supuesto que, como bien dijo Clara, hay que hacer que toda esta letra sea una realidad y se convierta en derechos, pero en México podemos todo.

Este año, el primer año de nuestro mandato, lo declaramos el “Año de la Mujer Indígena”, porque si alguien ha sufrido discriminación en México, y en toda América Latina y en el mundo entero es la mujer de los pueblos originarios, por su color de piel, por hablar una lengua distinta.

Este acto es parte de las acciones emprendidas para replantear nuestra mirada, nuestra mirada histórica como país y comenzar a narrarnos de otra forma. Es una forma de colocar a la figura femenina, la más olvidada, la más discriminada, como protagonista de un pasado que le había sido negado.

Desde la mirada de la mujer indígena como parte de la historia del presente y el futuro, es posible vernos como naciones, donde las mujeres somos hacedoras de historia, donde nuestras acciones inciden de manera directa y para bien, en el desarrollo y bienestar de nuestros pueblos.

Como mujeres parlamentarias y como mujeres participantes de la vida pública, las conmino a que este grito de igualdad por la paridad sea un grito general en contra del clasismo, en contra del racismo, en contra del machismo y de cualquier forma de discriminación en el mundo.

Emprendamos un camino en nuestras naciones y para el mundo entero, para la construcción de la paz; pero la paz no es paz, si no lleva junto la palabra “justicia”. La reivindicación política de la mujer solo se puede construir con justicia social y la justicia social es con las mujeres o nunca será justicia social.

Que tan solo un poco de lo que se invierte en armas a nivel mundial se dedique a la paz, se dedique a la lucha contra el racismo, contra la discriminación, contra el machismo, a la justicia y al derecho de la educación de las niñas en cualquier lugar del mundo, así podremos construir en mujeres por la paz, podemos constituirnos en en mujeres por la paz, la justicia y la igualdad.

Es un honor para México ser sede de esta conferencia de trascendencia global.

Desde aquí decimos al mundo: Es Tiempo de Mujeres. Desde aquí celebramos este esfuerzo en favor de la participación política igualitaria para las mujeres de todos los rincones del mundo.

Somos mujeres construyendo paz, igualdad y fraternidad universal. Somos mujeres construyendo igualdad y justicia.

Es Tiempo de Mujeres, porque cuando llega una llegamos todas.

¡Que vivan las mujeres!

ASISTENTES: ¡Viva!

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¡Que viva México!

ASISTENTES: ¡Viva!

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¡Que viva México!

ASISTENTES: ¡Viva!

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¡Que viva México!

ASISTENTES: ¡Viva!

MODERADORA: Preside esta ceremonia la Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas de México, Doctora Claudia Sheinbaum Pardo.

La acompañan.

La licenciada Clara Marina Brugada Molina, jefa de gobierno de la Ciudad de México.

Licenciada Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Gobernación.

Licenciado Sergio Carlos Gutiérrez Luna, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.

Licenciado José Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.

Licenciada Citlalli Hernández Mora, secretaria de las Mujeres.

Señora Tulia Ackson, presidenta de la Unión Interparlamentaria.

Señor Martin Chungong, secretario general de la Unión Interparlamentaria.

Diputada federal, Irma Juan Carlos.

Y senadora Cynthia López Castro, presidenta de la Oficina de Mujeres Parlamentarias de la Unión Interparlamentaria.

También, nos acompaña la licenciada Gabriela Cuevas, presidenta honoraria de la Unión Interparlamentaria.

A continuación, hará uso de la palabra la jefa de gobierno de la Ciudad de México, licenciada Clara Marina Brugada Molina.

JEFA DE GOBIERNO DE LA CIUDAD DE MÉXICO, CLARA BRUGADA MOLINA: Hola, buen día. Gracias.

Estamos el día de hoy aquí en esta primera Conferencia Mundial de Mujeres Parlamentarias.

Bienvenidas a este país, México. Bienvenidas a la Ciudad de México.

Y, por supuesto, Presidenta Claudia Sheinbaum, gracias por acompañarnos.

Hoy Cynthia López Castro, a quien pido un aplauso, organizadora, dedicada a convocar este gran encuentro de mujeres, nos dice que vinieron 350 mujeres parlamentarias del mundo de 62 países. Y a todas les damos la bienvenida, así como a este hermoso presídium, con cada una y cada uno de sus integrantes.

Bienvenidas a México y bienvenidas a esta Ciudad, que es la capital de la Transformación.

Esta Ciudad ha sido pionera en la conquista de derechos y libertades para las mujeres.

México está viviendo un momento histórico, vive el tiempo de las mujeres.

Tenemos a la primera mujer Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, y ello se convierte en un gran salto civilizatorio sin retorno. Porque no basta con ser mujer, tenemos una mujer Presidenta comprometida con la lucha y las causas de las mujeres, y lo demostró cuando fue jefa de gobierno de esta Ciudad con un conjunto de acciones que van contra la violencia hacia las mujeres, contra los feminicidios; así que hay mucho que mostrar de lo que hoy nuestra Presidenta hizo en la Ciudad y está haciendo en el país.

En 2024, se alcanzó la paridad plena en la integración de sus órganos legislativos y el Gabinete del Gobierno Federal; paridad en ambos órganos de gobierno: legislativo y de gobierno.

El poder en los estados de nuestra República Federal también alcanzó un nivel histórico, al tener 13 de 32 gobernadoras, alrededor del 30 por ciento también de alcaldesas en todo el país.

Esto se aleja de lo que ocurre en el mundo, donde los hombres superan en número a las mujeres en más de tres veces en los puestos ejecutivos y legislativos.

Nos falta un camino por recorrer, pero la Presidenta Claudia Sheinbaum propuso una gran reforma constitucional que ya garantiza la igualdad sustantiva de las mujeres mexicanas y la garantía constitucional de una vida libre de violencias.

Gracias, querida Presidenta, y gracias a las Cámaras.

Me da mucho gusto estar hoy en la apertura de este encuentro porque me ha tocado históricamente ser legisladora y hemos visto cómo han evolucionado las leyes.

Primero se visibilizó la desigualdad, luego se reconoció y después —que son las actuales— se están corrigiendo esas desigualdades.

Lo que antes era impasable, ahora se vuelve parte de nuestra vida cotidiana: el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos, por ejemplo, fue un hecho histórico, y hoy lo vemos ya como normal; o la paridad en la representación política, era un sueño prácticamente inalcanzable hace 30 años.

Legislar es mucho más que crear leyes, es la materialización de las aspiraciones de nuestros pueblos, con justicia y equidad. Así que, siempre he dicho, que nuestro deber cuando se es legisladora u gobernante es evitar que los hechos se burlen de nuestros derechos; y ahí hay un gran campo que tenemos que hacer.

Porque nuestras Constituciones y leyes, hoy podemos decir que tienen hermosas ideas y debemos hacerlas que se conviertan en derechos exigibles y justiciables. De esta manera, no se quedarán encerradas en un texto jurídico.

Aquí en la Ciudad le damos continuidad a lo que hizo la Presidenta Claudia Sheinbaum con un proyecto que transforma la vida de las niñas y las mujeres. Nos hemos propuesto construir una ciudad feminista y de cuidados, que ponga al centro a las mujeres y reconozca el arduo trabajo histórico. Llegó la hora de hacer justicia a las mujeres.

Así que las felicito por este encuentro.

Gracias a las mujeres que han luchado históricamente, hoy podemos hablar de un país más justo en México.

Así que: “Por el bien de todos, primero las mujeres”

¡Vivan las mujeres!

¡Vivan las mujeres de todo el mundo que luchan!

Bienvenidas. Bienvenidas.

MODERADORA: Hace uso de la palabra la senadora Cynthia López Castro, presidenta de la Oficina de Mujeres Parlamentarias de la Unión Interparlamentaria.

PRESIDENTA DE LA OFICINA DE MUJERES PARLAMENTARIAS DE LA UNIÓN INTERPARLAMENTARIA, CYNTHIA LÓPEZ CASTRO: Gracias.

Mi querida Presidenta de México:

Es un sueño hacer esto realidad en nuestro país, porque es el primer Encuentro de Mujeres Parlamentarias en el mundo y es con nuestra Presidenta Claudia Sheinbaum, la primera mujer Presidenta de México, la primera mujer Presidenta en 200 años de nuestro país, la primera mujer en estar aquí en Palacio Nacional.

Y por eso, Presidenta, es un gran orgullo y un gran gusto que sea con usted este Primer Encuentro de Parlamentarias.

Quiero saludar a todos los que nos acompañan:

Jefa de gobierno, la secretaria de Gobernación.

Nuestro presidente del Senado, que nos ha apoyado mucho para la realización de este evento. Gracias, presidente Noroña.

Nuestra presidenta Tulia Ackson, presidenta de la Organización de Unión Interparlamentaria. Es un gusto, presidenta Tulia, tenerte aquí.

A nuestro presidente del Congreso, Sergio Gutiérrez.

A nuestra secretaria de las Mujeres, Citlalli, que ha estado también muy pendiente de todo este evento. Gracias, secretaria.

Nuestro secretario general, Martin Chungong.

Y desde luego, nuestra querida diputada, Irma Juan Carlos.

También saludo con mucho cariño a Gabriela Cuevas, quien es presidenta honoraria y fue presidenta de la UIP en 2017. Es un gusto, querida Gabi, que nos acompañes el día de hoy.

Y quiero saludar también, Presidenta Claudia Sheinbaum, a las presidentas del Congreso que nos acompañan:

La presidenta del Congreso de Angola.

La presidenta del Congreso de Costa de Marfil.

El presidente del Congreso de Mónaco.

Las miembras del Buró de Mujeres Parlamentarias que nos acompañan hoy —no sé si puedan las miembros del Buró de Mujeres Parlamentarias que nos acompañan…—.

Las vicepresidentas de Congreso.

Quiero agradecer a mis compañeras senadoras por todo su apoyo, por todo su apoyo y su respaldo: a la senadora Malú Micher, que nos ha apoyado con todo, y a Andrea Chávez, que recibimos un apoyo incondicional.

Quiero agradecer a las diputadas federales por todo su apoyo: a la diputada Ana, a la diputada Gabriela Jiménez por todo su apoyo.

A las diputadas locales de la Ciudad de México, saludar a la coordinadora Martha Ávila; a la presidenta de la mesa y a todas las diputadas locales de la Ciudad de México, y de otros estados que nos acompañan.

Quiero decirte, Presidenta, que somos 300, bueno, son 350 diputadas y senadoras que vienen de 62 países. Vienen, Presidenta, desde Nueva Zelanda, de África, de Asia, de Europa, de nuestro continente, América, de todos los países del mundo hoy, para estar aquí con la primer mujer Presidenta.

Solo quiero decir y contextualizar que México es un orgullo para el mundo. Esta Conferencia, Presidenta, se ha titulado: “México movilizando al mundo por la paridad”, y es México un ejemplo de cómo poder llegar hacia la paridad.

Somos de los ocho países en el mundo que hemos podido alcanzar la paridad junto con Ruanda, con Cuba, con Nicaragua, con Emiratos Árabes Unidos, con Nueva Zelanda.

Y hoy, México es anfitrión de esta Conferencia para poder hablar de las cuotas de género; para poder hablar, Presidenta, del gabinete paritario que tienen aquí en México; para poder hablar de que es usted, Presidenta, una de las 18 jefas de Estado que hay a nivel mundial, solamente 18 mujeres son presidentas de sus países y es un gran orgullo que tengamos a la primera mujer Presidenta de México.

Presidenta, solo quiero darle las gracias por su confianza, por hacer en México este evento de mujeres parlamentarias.

Y quiero decirles algo a ustedes que han viajado desde otros países —saludo a Dan Carden, presidente de la Jóvenes Parlamentarios a nivel mundial, que nos acompaña el día de hoy. Querido Dan, gracias.

Y quiero decirles que nos sentimos muy orgullosos de nuestra Presidenta, que ha sido una lucha histórica que las mujeres hoy puedan ser presidentas de nuestro México. Y nos llena de orgullo, se nos pone la piel chinita cada vez que recordamos, que la vemos al frente, que la vemos luchando, que la vemos trabajando por nuestro país.

Presidenta, es un orgullo enorme tenerte como Presidenta de México. Eres un orgullo para México y para el mundo.

Y quiero agradecer a la Unión Interparlamentaria por su confianza por poder hacer este evento y a todas ustedes por hacerlo realidad.

Gracias, Presidenta Claudia Sheinbaum.

MODERADORA: Hace uso de la palabra la diputada federal Irma Juan Carlos.

DIPUTADA FEDERAL IRMA JUAN CARLOS: (Habla en lengua indígena) Con su permiso, Presidenta.

Con la venia de la Mesa que saludo con mucho respeto y afecto.

Hermanas parlamentarias, muy buenos días.

Bienvenidas todas a este hermoso país pluricultural, multiétnico y plurilingüe, el nuevo México que estamos construyendo con el pueblo y para el pueblo, el que está avanzando hacia el reconocimiento de los derechos de quienes en el pasado fuimos excluidos, el que trabaja todos los días para materializar la igualdad sustantiva, el que tiene a las mujeres indígenas y afromexicanas en el centro de las políticas públicas.

Bienvenidas al México que decidió ser gobernado por su primera mujer Presidenta.

Gracias, Presidenta.

Es un alto honor y privilegio para mí, como mujer chinanteca y como activista por los derechos indígenas y afromexicanos, hacer uso de la voz desde este importante espacio para hablar a nombre de las parlamentarias mexicanas, pero en especial de las mujeres de los pueblos originarios de esta bella nación, a nombre de las que fuimos estructural e históricamente las más vulneradas.

México vive nuevos episodios en su historia. Hoy son tiempos de Transformación de la vida pública del país.

Y de la mano de una gran mujer, nuestra Presidenta, la Doctora Claudia Sheinbaum, construimos el Segundo Piso de la Cuarta Transformación, y con ello, damos continuidad al proyecto de nación que iniciamos con un gran Presidente, el licenciado Andrés Manuel López Obrador.

Desde el Humanismo Mexicano, ambos mandatarios han sido grandes impulsores de importantes reformas, han abrazado numerosas iniciativas ciudadanas que permiten a México estar a la vanguardia en materia legislativa.

El Presidente Andrés Manuel respaldó y atendió y defendió la reforma constitucional en materia de paridad total impulsada por mujeres plurales en el 2019. Y hoy se reconoce en la Constitución la participación e inclusión de la mujer en todos los espacios de toma de decisiones en los tres Poderes de la Unión y en los tres niveles de gobierno.

Así también, nuestro Presidente López Obrador, en el 2024, abrazó la lucha histórica de los pueblos indígenas que exigía la reforma al artículo Segundo Constitucional para reconocer a los pueblos indígenas y afromexicanos como sujetos de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio, con derecho a la consulta y consentimiento libre, previo e informado; así como la capacidad de recibir, administrar y ejercer presupuestos públicos de manera directa, y en eso, también, queremos darle las gracias a nuestra Presidenta Claudia Sheinbaum.

Es menester señalar que, a su arribo al poder, nuestra gran Presidenta hizo suya esta iniciativa, garantizando en la Constitución derechos colectivos de los pueblos indígenas y afromexicanos que no se habían querido reconocer; así como los derechos políticos culturales, educativos, a la salud de las niñas, juventudes y mujeres indígenas y afromexicanas en el apartado de esta reforma, derechos que se van materializando poco a poco y que van cambiando nuestras realidades como pueblo.

Sin duda, la llegada de nuestra gran Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y la paridad en el Legislativo hoy pone en una balanza la vida en el ámbito público.

Desde su llegada, las mujeres nos sentimos más empoderadas, sobre todo, las mujeres indígenas y afromexicanas somos más incluidas, y muestra de ello es una servidora aquí presente. Hay muchos datos para sustentar esta afirmación, pero por cuestión de tiempo solo voy a citar dos ejemplos:

En el 2024, nuestra Presidenta envió al Poder Legislativo importantes reformas legislativas: una a la Constitución para garantizar la igualdad sustantiva, la perspectiva de género y el derecho a una vida libre de violencia; y una más por la que se estableció la declaratoria oficial del “2025, Año de la Mujer Indígena en México” como un acto de justicia, de memoria, de visibilización y dignidad.

Hermanas parlamentarias de México y de todo el mundo:

Sin la llegada de la Cuarta Transformación, no hubiéramos logrado la eliminación del horario estacional o mejor conocido como “Horario de Verano”, impuesto por los gobiernos del pasado, que atentaban contra las normas internas, alteraban la vida comunitaria, y afectaban las costumbres y tradiciones de nuestros pueblos originarios.

Hemos logrado mucho, pero, sin duda, falta mucho más por hacer, sobre todo, que esta igualdad sustantiva alcance a todas las mujeres, en especial a las mujeres indígenas y afromexicanas. Confiamos en nuestra Presidenta y estoy segura que avanzaremos juntas —como lo hemos hecho hasta ahora— en la conquista de los derechos que aún están pendientes, porque con la llegada de Claudia Sheinbaum a la Presidencia llegamos todas.

Por estas razones, puedo decir que me enorgullece ser mexicana, mujer indígena, formar parte de este gran Movimiento de Regeneración Nacional y del Poder Legislativo mexicano que, además, de ser paritario es transformador, humanista y democrático.

Con el Presidente Andrés Manuel López Obrador y nuestra Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, al frente de esta gran nación y con el apoyo y respaldo del pueblo de México, nosotras impulsamos y logramos 37 reformas constitucionales, cientos de nuevos ordenamientos jurídicos y reformas a las leyes secundarias que hace de México un país más justo y más equitativo.

Todos nuestros logros han sido por la vía pacífica y electoral, sin recurrir a la violencia, pero sí a una Revolución de las Conciencias; y me atrevo a decir que los cambios que hemos logrado son los más profundos legal, política, económica y culturalmente de los últimos dos siglos, y vamos por más.

Hermanas parlamentarias:

Muchas gracias por su atención, por su trabajo y compromiso con los pueblos del mundo.

Sigamos luchando por alcanzar la justicia anhelada de nuestras ancestras y sembrando las flores del futuro para nuestras niñas.

¡Que vivan las mujeres!

ASISTENTES: ¡Vivan!

DIPUTADA FEDERAL, IRMA JUAN CARLOS: ¡Que vivan las mujeres indígenas!

ASISTENTES: ¡Vivan!

DIPUTADA FEDERAL, IRMA JUAN CARLOS: ¡Que viva México!

ASISTENTES: ¡Viva!

DIPUTADA FEDERAL, IRMA JUAN CARLOS: ¡Que viva nuestra Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo!

ASISTENTES: ¡Viva!

DIPUTADA FEDERAL, IRMA JUAN CARLOS: Muchas gracias. (Habla en lengua indígena)

MODERADOR: Hace uso de la palabra la señora Tulia Ackson, presidenta de la Unión Interparlamentaria.

PRESIDENTA DE LA UNIÓN INTERPARLAMENTARIA, TULIA ACKSON: (Interpretación del inglés al español) Su Excelencia, señora Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de México.

Entiendo aquí que también tenemos distinguidos colegas que ya se presentaron, entonces solamente quiero exentar estas presentaciones para no dejar a nadie afuera.

Pero, en primer lugar, quiero reconocer la presencia de diferentes presidentes y presidentas de Parlamentos, también a vicepresidentes de Parlamentos de sus respectivos países que han venido a esta conferencia histórica que está teniendo lugar aquí en la Ciudad de México.

Por otro lado, también quisiera reconocer el hecho de que solamente es tan importante que esta conferencia esté teniendo lugar aquí en México, puesto que México está siendo encabezado por una mujer Presidenta.

No solamente una mujer Presidenta, sino que entiendo que ella también viene del partido Morena, que también es el partido, ¿verdad? Entiendo que viene de Morena, que también es dirigido por distinguidas damas, la presidenta y secretaria general, todas son mujeres, las que dirigen el partido Morena.

Muy bien, entonces colegas, queridos amigos, amigas, es un gran honor estar aquí en la apertura de esta gran reunión interparlamentaria aquí en México.

Ustedes han puesto un gran ejemplo en relación con la paridad de género y la política, en general, con gusto les doy la bienvenidos a esta Conferencia Mundial de Mujeres Interparlamentarias de la UIP, la Unión Interparlamentaria.

Quiero darle las gracias a todos aquellos que han organizado, a través de ellas al pueblo mexicano por su gentil hospitalidad en esta conferencia, por la manera en que nos han recibido.

Quiero extender un aprecio, un agradecimiento a usted señora Presidenta, que tan elegantemente ha organizado y está aquí con nosotros en esta inauguración, y ha apoyado las condiciones para una Conferencia muy exitosa.

Aprecio profundamente también a usted senadora Cynthia López Castro. Gracias. Ella es la presidenta de la Oficina de UIP, de la Unión Parlamentaria aquí en México. Muchísimas gracias. Habló de esta dedicación, este compromiso, que han sido instrumentales para reunirnos aquí el día de hoy.

También estoy muy agradecida por todo el apoyo proporcionado por usted, señor presidente del Senado.

Y también agradecerles a cada uno, a cada una de ustedes que han estado aquí, que están aquí apoyando esta ocasión histórica. Es realmente histórico este momento porque, aparte del servicio de Cynthia, pero también se nos ha ofrecido tanto el trabajo.

Ustedes han tenido una presidenta de la UIP, Gabriela Cuevas, le agradezco mucho. Agradezco a toda la familia de la UIP México; ha estado siempre a la vanguardia.

Es con gran satisfacción y con gran felicidad que veo también un evento tan importante que está teniendo lugar aquí en América Latina, una región que ha demostrado extraordinario avance en relación con la igualdad de género. Estoy complacida, especialmente.

Darle la bienvenida a colegas de todo el mundo, y aquí en esta región particularmente, y del Caribe también.

Y tenerlas a todas aquí, colegas de todas partes del mundo, de por doquier. Este es un testamento del poder de nuestra visión compartido, compartida quiero decir, de un mundo más equitativo, de la cooperación interparlamentaria para avanzar en las democracias inclusivas y representativas.

Durante esta Conferencia, señoras y señores nos sentiremos muy motivados por México mismo, y también, por extensión, por la región Latinoamericana. Esto inspira a ejemplos de acciones decisivas hacia el empoderamiento político de las mujeres y también la igualdad entre hombres y mujeres en la política.

Esto ha sido profundamente transformador a través de la paridad y también a través de los esfuerzos dedicados para combatir la violencia contra las mujeres.

Las Américas han visto aquí, el aumento más significativo en la participación parlamentaria de las mujeres en todas regiones del mundo, desde la plataforma para la acción de Beijing adoptada hace 30 años.

La región ahora, tiene el promedio más elevado, 35.4 por ciento de los escaños parlamentarios que ocupan las mujeres.

Gracias.

Desde México y desde todos lados desde esta región tan inspiradora, nos reunimos en un momento definitorio para la representación de la mujer y su liderazgo también.

Durante décadas hemos tenido un avance, un progreso innegable, pero también sabemos que estas victorias pueden ser frágiles.

Estoy aquí ante todas ustedes el día de hoy, preocupada por la resistencia a la igualdad de género, aquí estoy ante ustedes el día de hoy; estoy preocupada de cuán realmente arraigadas están esas estructuras patriarcales y cómo siguen siéndolo.

Estoy aquí, aquí realmente consternada por el rechazo que hay contra las libertades de las mujeres en tantas partes del mundo.

Estos retos, señoras y señores, nos recuerdan que nuestro trabajo dista mucho de haber acabado, de haber terminado. Nosotros como mujeres, como parlamentarias, nosotros como hermanas, como compañeras, debemos estar siempre unidas, estar siempre contando con el apoyo de los hombres también, es un apoyo iluminador que tenemos con nosotros para garantizar que la igualdad de las mujeres no sea solo una aspiración, sino una realidad irreversible.

Saludo a los hombres, a los hombres que están aquí con nosotros en esta ocasión, y los invito a ser los adalides de la paridad, los campeones de la paridad de género.

Gracias.

Y aquí, una vez más, colegas, aquí nos dirige el presidente del Senado. Es un hombre, pero está a favor de los derechos de la mujer. Aquí los tenemos, aquí lo tenemos, y le agradecemos mucho. Estamos aquí y estamos muy felices de que se ha unido a este llamado de la igualdad de género.

La historia nos prueba que, cuando nosotros estamos dirigiendo, son pujantes las sociedades desde el activismo, las instituciones y también los asuntos internacionales. Las mujeres han estado a la vanguardia de los cambios transformadores, construyendo a las sociedades y a los movimientos, y rompiendo estos techos de cristal para la cuestión de la igualdad.

Espero que esta Conferencia Parlamentarias, Mujeres Parlamentarias, nos dé un espacio adicional que es el que proporciona la UIP, la Unión Interparlamentaria, para que las mujeres en todo el mundo sigan con sus infatigables esfuerzos: valor, solidaridad y alianza con los hombres parlamentarios.

Esto significa muchísimo para mí, todo un mundo de cosas para mí, el hecho de que esta Conferencia esté teniendo lugar en México. México le ha demostrado al mundo que la paridad no solamente es posible, sino que también es transformadora.

Y al enraizar todo esto, la igualdad en nuestra Constitución al mostrar la voluntad política para implementar todo esto, México ha redefinido lo que es lograble, lo que es asible y factible.

Entonces ¿cuál es la significancia de México y su ejemplo?

Va más allá, allende sus fronteras, por supuesto. Estoy seguro que tenemos este panorama, la conferencia donde la paridad antes se veía como una meta, pero aquí en esta Conferencia podemos decir que es algo más cercano a nosotros, es una realidad, es una norma y es la nueva norma, el nuevo estándar.

Excelencias, colegas, amigas y amigos:

Con gusto anuncio que esta Conferencia es un momento definitorio para la acción parlamentaria por la igualdad. No solo se trata de números todo esto, sino que se trata de poder, también de perspectiva, la capacidad de diseñar políticas que reflejen las realidades de todos, independientemente de su género, raza, antecedentes, religiones u otro tipo de estatus.

La paridad, sin embargo, queridos, queridas amigas, la paridad en su sentido más verdadero no puede existir de manera aislada; requiere instituciones que sean sensibles a cuestiones de género y espacios estructurados para que haya una participación plena y equitativa, un concepto desarrollado por la UIP hace 10 años.

Estamos hablando de los parlamentos sensibles al género, no solo para dar cabida a las mujeres, sino para transformar los gobiernos, para poder entonces garantizar la exclusividad, la justicia también y la inclusión, por supuesto.

Esto no se separa, no son aspiraciones separadas, son interdependientes y se van reforzando mutuamente. Sin las instituciones sensibles al género, la paridad terminaría siendo solamente un símbolo y no un poder transformativo que tome decisiones.

Sin esto, las instituciones seguirán teniendo perspectivas que excluyan y que olviden, y soslayen a mitad de la población, esto no puede continuar. Estamos hablando de una paridad 50-50, es algo donde estamos y esto continuará siendo nuestra lucha, pero se tiene que construir sobre los cimientos de instituciones que deliberadamente sean inclusivas, libres de todo tipo de violencia.

La violencia no tiene que existir. La paridad nos ayuda; sabemos que la paridad es posible, la hemos visto aquí en México.

Hemos visto cómo la paridad se convierte en norma, en norma y no en excepción, donde la paridad es algo que está en las escuelas y en las universidades del mundo; donde la voluntad política, los recursos también, la resolución, la determinación y la creatividad pueden ser estos retos que estamos logrando. Lo que se ha logrado en las escuelas y las universidades ahora se debe realizar plenamente en la política, en la gobernanza y en el liderazgo en todos sus niveles.

Debemos de cumplir con las expectativas, de cumplir el mandato de construir cohesión, confianza, en un futuro que no deja a nadie al rezago, nadie se queda atrás.

En la UIP hemos enarbolado la paridad como una norma, hemos avanzado, hemos avanzado desde medidas correctivas a una institución transformadora que abraza la igualdad, lo que una vez fue una meta, ahora, es nuestra norma general.

Esto tiene que ser lo mismo para todos los parlamentos, es decir, la transformación tiene que ser irreversible, tiene que recibir en cada parlamentario, en cada parlamentaria, en cada persona que detente el poder en el Parlamento y más allá.

Queridos amigos, colegas, compañeros, compañeras:

No estamos aquí para repetir lo que ya sabemos. Los beneficios de la igualdad de género son claros, tan claros como son las necesidades de nuestra sociedad de justicia y de paz. Estamos aquí para avanzar todos, todas juntas.

Aquí tenemos esta Conferencia que viene en un momento. Este es un llamado a la acción, es lo que es esta Conferencia.

Todos lo llevaremos, esto, a nuestro país, lo implementaremos.

Al estar analizando los puntos de esta prometedora Conferencia, les hago un llamado a cada uno de ustedes:

No vean esto solamente como cualquier reunión. Este es realmente un momento que nos permite despegar, es una plataforma de despegue con la convicción de que la paridad no es negociable, y que la lucha por la igualdad de género no es nada más un pretexto, sino que es la esencia misma de la democracia y del desarrollo sostenible, y que nuestro compromiso con estas metas no conoce límite alguno.

Aspiremos a un mundo donde la paridad no sea excepción, sino una norma en los parlamentos, en los gobiernos, en los salones de consejo, en las salas de consejo, en las democracias multilaterales, en las escuelas, en todas las esferas donde las decisiones perfilan nuestro colectivo. Esto es lo que vemos, esto es lo que debemos dejar para futuras generaciones.

Colegas:

Al concluir mi ponencia el día de hoy, su Excelencia, a nombre de todos los miembros de todos los parlamentos del mundo, señora Presidenta, quiero darle un pequeño obsequio, nada más una muestra que nos recuerde que este momento histórico tuvo lugar durante su Presidencia al estar todas embarcadas en esta travesía, en este viaje, señora Presidenta Claudia Sheinbaum:

Quisiéramos darle aquí este martillo que usamos en nuestro Parlamento, es lo que usamos cuando tomamos decisiones en nuestro Parlamento.

Puesto que no tengo el poder para llamarle aquí a que venga, yo camino hacia usted y le ofrezco esto.

PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¿Together?

PRESIDENTA DE LA UNIÓN INTERPARLAMENTARIA, TULIA ACKSON (Interpretación del inglés al español): 1,2,3. ¡Juntas!

(GOLPE DE MARTILLO)

ASISTENTES: ¡Mucha Presidenta! ¡Mucha Presidenta! ¡Mucha Presidenta!

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