Versión estenográfica. 112 Aniversario Luctuoso de Francisco I. Madero. Palacio Nacional

Versión estenográfica. 112 Aniversario Luctuoso de Francisco I. Madero. Palacio Nacional

#Nacionales 112 Aniversario Luctuoso de Francisco I. Madero. Palacio Nacional

MODERADORA: Damas y caballeros, estamos reunidos para conmemorar el 112 Aniversario Luctuoso de Francisco I. Madero, que tuvo lugar el día 22 de febrero del presente año. En este sentido, rendimos homenaje al Apóstol de la Democracia.

Preside esta ceremonia conmemorativa la Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Doctora Claudia Sheinbaum Pardo.

La acompañan:

La licenciada Claudia Stella Curiel de Icaza, secretaria de Cultura.

Y el doctor Felipe Arturo Ávila Espinosa, director general del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.

También nos acompaña la jefa de gobierno de la Ciudad de México, integrantes del Gabinete Legal y Ampliado del Gobierno de México, representantes de los medios de comunicación y quienes nos siguen por internet, a través de las redes sociales.

Reciban todas y todos la más cordial bienvenida.

Hace uso de la palabra el doctor Felipe Arturo Ávila Espinosa, director general del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.

DIRECTOR GENERAL DEL INSTITUTO NACIONAL DE ESTUDIOS HISTÓRICOS DE LAS REVOLUCIONES DE MÉXICO, FELIPE ARTURO ÁVILA ESPINOSA: Muy buenos días a todas y a todos.

Presidenta Constitucional de la República, Doctora Claudia Sheinbaum Pardo:

Reciba un cordial saludo de parte del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, que pertenece a la Secretaría de Cultura. Aquí nos acompaña nuestra querida secretaria.

Distinguidos miembros del Gabinete, hombres y mujeres que están aquí con nosotros.

Este pasado 22 de febrero se cumplieron 112 años del asesinato de Francisco I. Madero, el fundador de la democracia mexicana.

Madero y el vicepresidente Pino Suárez cayeron víctimas de la traición de Victoriano Huerta, quien contó con la colaboración de grupos conservadores que querían detener la Revolución.

En este magnicidio tuvo también un papel importante el embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson, quien intervino descaradamente para derrocar al presidente mártir y escribió una de las páginas más vergonzosas en la historia de la diplomacia mundial. Lane Wilson promovió el Pacto de la Embajada, en el que Victoriano Huerta y Félix Díaz se comprometieron a derrocar a Madero y acabar con el primer gobierno democrático en la historia moderna de nuestro país.

El 9 de febrero de 1913, estalló el golpe militar conocido como la Decena Trágica. Ese día, un sector del Ejército Federal se levantó en armas contra el gobierno. Liberaron a los Generales Bernardo Reyes y Félix Díaz, presos por sublevarse meses atrás.

Los rebeldes intentaron tomar, sin éxito, el Palacio Nacional, muriendo en la acción Bernardo Reyes. Félix Díaz y el resto de los sublevados se refugiaron en la fortaleza militar de La Ciudadela.

Madero, respaldado por jefes militares leales, como Lauro Villar y Felipe Ángeles, organizó la defensa de la Ciudad, pero tuvo que sustituir al General Villar, herido en Palacio Nacional, por Victoriano Huerta, quien, en lugar de acabar con los traidores, entró en tratos con ellos.

La Ciudad de México vivió algunos de los días más difíciles de su historia. La población capitalina quedó en medio del fuego cruzado de cañones, ametralladoras y fusiles. Murieron miles de civiles.

Tanto Huerta como los sublevados se dedicaron a destruir el centro de la Ciudad para aterrorizar a la población, queriendo mostrar con ello que Madero era incapaz de restablecer la paz.

El 19 de febrero, con engaños, Huerta obligó a Madero a renunciar. Él, el vicepresidente Pino Suárez y el General Felipe Ángeles fueron recluidos en la Intendencia de Palacio Nacional, donde el presidente mártir pasó los últimos días de su vida. Huerta no cumplió sus promesas de respetar la vida de Madero y Pino Suárez.

Aunque Madero puso como condición que su renuncia firmada que entregó al canciller Pedro Lascuráin, fuera presentada al Congreso hasta que él, Pino Suárez y sus familias estuvieran a salvo en La Habana, Cuba, Huerta se la quitó al canciller y él mismo la llevó al Congreso para consumar la traición.

Después de esa felonía, con una maniobra leguleya asumió la Presidencia y ordenó el asesinato de Madero y Pino Suárez. El magnicidio se consumó afuera de la Penitenciaria de Lecumberri, hacia la medianoche del 22 de febrero de 1913. Terminó así, de manera trágica, el sueño de Madero de hacer de México un país democrático, con derechos y libertades para todas y todos.

Sin embargo, su sacrificio no fue en vano. Después de su asesinato, surgió una segunda etapa de la Revolución que concluyó la obra que Madero que había iniciado. La democracia por la que Madero entregó su vida tardó décadas en cumplirse y es hoy su legado más valioso.

Madero fue un personaje excepcional. El México de hoy sería distinto sin su vida, su obra y su ejemplo. Muchas veces se le ha descrito como romántico, soñador, idealista e ingenuo, que no se dio cuenta de la magnitud de la transformación que había provocado al llamar al pueblo a levantarse en armas el 20 de noviembre de 1910; nada más alejado de la realidad.

Madero fue uno de los políticos más agudos, reflexivos y analíticos que hemos tenido en nuestra historia. Desde que entró a la política en 1904 y hasta su trágico asesinato, demostró que entendía como pocos el arte de la política; todas sus decisiones las tomó después de trazarse con claridad los objetivos que pretendía, los medios que utilizaría y el contexto en que se inscribían esas acciones.

La democracia mexicana le debe mucho a Madero. Fue el primero en entender que el sistema político porfirista estaba anquilosado y que entraría en crisis.

En su libro La sucesión presidencial en 1910, no solo hizo el mejor diagnóstico de cómo funcionaba el sistema político porfirista, un sistema autoritario represivo, sino que fue el único que comprendió que la manera de derrotarlo era a través de unas elecciones democráticas, con un partido nacional independiente.

Por eso, construyó el primer partido político en la historia moderna de México, el Partido Nacional Antirreeleccionista, constituido con base en un programa democrático y formado por centenares de clubes políticos independientes.

Madero fue el único que tuvo la sensibilidad para entender que el pueblo de México quería democracia, justicia y libertad, y que estaba dispuesto a luchar por alcanzarlas. Por ello, realizó las primeras campañas políticas modernas yendo a las principales públicas del país, donde su oratoria y su carisma convencieron a miles de ciudadanos que hicieron suyo su ideario.

Candidato presidencial por el Partido Antirreeleccionista en 1910, se convirtió en un desafío para el sistema porfirista. Porfirio Díaz decidió reprimir el movimiento y encarceló a Madero en San Luis Potosí. Estando preso, se celebraron las elecciones que legitimaron la séptima reelección de Porfirio Díaz.

Éste pensó que Madero estaba derrotado. Sin embargo, Madero organizó la primera documentación de un fraude electoral en nuestra historia, pues instruyó a sus seguidores a acudir a las urnas, defender el voto y de documentar todas las irregularidades cometidas.

A sus seguidores les pidió acudir desde temprano a todas las casillas, nombrar a sus representantes, vigilar que los votantes estuvieran en el padrón, que cumplieran los requisitos legales, que no hubiera coacción, presencia de fuerzas armadas, etcétera.

Debían levantar un acta de todas las irregularidades y enviar una copia al Comité del Partido. Le encargó a Federico González Garza concentrar las evidencias del fraude y pidió anular las elecciones. El Colegio Electoral rechazó anular la elección; ante eso, Madero comprendió que había agotado todas las instancias legales y que no le quedaba otro camino que la insurrección; lo hizo con el Plan de San Luis, con la legitimidad de haber sido objeto de un gran fraude electoral.

La insurrección maderista no pudo ser derrotada y en solo 6 meses obligó a Díaz a renunciar. Madero negoció un gobierno de transición que tendría que pacificar al país, licenciar al Ejército Revolucionario y organizar las elecciones. Madero arrasó en los comicios con más del 99 por ciento de los votos y tomó posesión como presidente constitucional el 6 de noviembre de 1911.

El sueño de Madero de hacer de México un país democrático comenzó a hacerse realidad. Su gobierno permitió las libertades políticas, no reprimió las múltiples huelgas que estallaron e inició las reformas sociales necesarias para resolver los grandes problemas del país a través de las leyes y las instituciones. Pero no le dieron tiempo de gobernar.

En los 15 meses que duró su gobierno estallaron cuatro rebeliones: Dos desde la derecha encabezadas por Bernardo Reyes y Félix Díaz que fueron fácilmente controladas. Las otras dos, desde la izquierda encabezadas por Pascual Orozco y Emiliano Zapata contaron con amplio respaldo popular.

A Madero le costó mucho derrotar la rebelión de Pascual Orozco y no pudo acabar con la de Emiliano Zapata.

Además, los grupos conservadores aprovecharon para crear un clima hostil a Madero con una feroz campaña periodística de burlas y escarnio al presidente, que preparó las condiciones para un quinto levantamiento que estalló el 9 de febrero de 1913, encabezado por altos mandos del Ejército que, al contar con la traición de Victoriano Huerta, pusieron fin de manera trágica al primer y por muchas décadas único gobierno democrático del México moderno.

Hablar de Madero es hablar de democracia, de sufragio efectivo, de no reelección, de libertades, de derechos, de conquistas sociales. Es hablar de un gobierno al servicio del pueblo. Es hablar de un hombre congruente con sus principios, honesto que tuvo la capacidad de entender lo que la gente quería y canalizar sus anhelos de transformación.

Su gobierno fue un ejemplo de democracia y de confianza en las instituciones y en las leyes.

Este es su legado, es lo que le da vigencia a su vida y a su obra, y es lo que nos hace recordarlo con orgullo y respeto.

Muchas gracias.

MODERADORA: Se les invita a permanecer de pie. La Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, acompañada de la secretaria de Cultura y del director General del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revoluciones de México, montarán una Guardia de Honor con motivo del 112 Aniversario Luctuoso de Francisco I. Madero.

(GUARDIA DE HONOR)

MODERADORA: Les pedimos sean tan amables de guardar un minuto de silencio en honor a Francisco I. Madero, Apóstol de la Democracia.

(MINUTO DE SILENCIO)

MODERADORA: Se extiende una respetuosa invitación a la Presidenta de México y a los integrantes del presídium para que pasen a ocupar su lugar.

Finaliza esta ceremonia con los honores a la Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas.

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